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Opinion: Periodistas deportivas deben ser evaluadas de acuerdo a sus habilidades, no a su apariencia

La periodista deportiva Jenn Sterger manifestó a ESPN, “Mis implantes me abrieron las puertas, pero no creo que sean la razón por la cual continúo actualmente en el medio”, luego de haberse retirado los implantes en 2009, solamente un año después de su escandalo ‘sexting’ con Brett Favre.

La Mexicana reportera de campo, Inés Sainz, fue acosada y abordada por los jugadores de los Jets de Nueva York en los vestidores del equipo luego de una práctica en septiembre de 2011, y consecuentemente enfrentó un escrutinio por parte de la prensa debido a su vestido “provocativo”.

Sterger y Sainz son ejemplos de los problemas que las reporteras atraviesan. Las mujeres en esta industria  son primero modelos y segundo periodistas, debido a un afán de sexualizar a dichas corresponsales para los aficionados deportivos y jugadores.

La industria del deporte siempre ha presentado grandes barreras de entrada a las mujeres, ya que el machismo ha dominado este campo con ideas sin sentido como que las mujeres nunca serán tan talentosas en esta profesión como son los hombres.

Mujeres como Gayle Gardner en 1983 demostraron que los hombres se equivocaban, conviertiéndose en la primera presentadora deportiva del programa SportsCenter de ESPN. Desde esa fecha, las mujeres han realizado grandes avanzes en este campo del periodismo.

Sin embargo, la misoginia y el sexismo aún no han desaparecido, tal como lo pueden corroborar Sterger y Sainz, las mujeres todavía son juzgadas primeramente por su apariencia y luego por su talento.

Los estereotipos que se han hecho eco luego de estos incidentes, han creado inclusive más barreras para todas las mujeres que buscan seguir una carrera en el periodismo deportivo. Una joven atractiva frente a las cámaras leyendo preguntas en los apuntadores, es una imagen moderna de una periodista femenina. Este se ha convertido en la cúspide de la profesión para mujeres en el periodismo deportivo.

De acuerdo a los Editores Deportivos de la Prensa Asociada, el porcentaje de mujeres en departamentos deportivos, aumento de 6 por ciento en 1991 a 13 por ciento en 2001, tomando en cuenta a los periódicos a nivel nacional. Desde el 2001, el número de periodistas deportivas ha disminuido significativamente.

La falta de mujeres en la industria deportiva no es únicamente un problema en los Estados Unidos. The Guardian reportó que en una encuesta realizada por el grupo de Mujeres en el Periodismo, solamente el 3 por ciento de los periodistas deportivos en el Reino Unido son mujeres.

En el 2012, podemos basarnos en todo el progreso que se ha logrado desde que una legislación llamada la 14va Enmienda se creó para la defensa de los derechos femeninos. Mujeres pioneras, han logrado cambios importantes, como el de permitirles estar dentro de los vestidores y ruedas de prensa, tal como a los hombres.

Aun así, mientras mujeres como Sterger y Sainz no se puedan sentir confortables entrando en los vestidores para hacer su trabajo, y tengan que aumentar su busto para satisfacer las presiones sociales de sentirse proyectadas como la típica modelo de plástico, entonces como sociedad no hemos hecho lo suficiente por la equidad de género en el lugar de trabajo.

Hay algo claramente erróneo con los medios deportivos en este país, debido a que como requisito para ser reportera se considera el ser atractiva. La belleza física no significa que una reportera es buena para su trabajo, no obstante, los medios han adoptado esta regla silenciosamente, con la cual se denigra la integridad y la importancia del periodismo.

El caso de acoso de Sainz en el 2010, demuestra que tan lejos hemos llegado.

El reto para las periodistas deportivas en el 2012 es el de acabar con los estereotipos de ser únicamente agradables a la vista. El momento en que las cualidades superficiales se eliminen, las mujeres que seriamente buscan convertirse en periodistas deportivas, podrán probar sus habilidades intelectuales y profesionales en la industria.

La NFL tiene la “Regla Rooney”, la cual incentiva a los equipos a entrevistar al menos un candidato perteneciente a alguna minoría cuando se está por contratar a un nuevo entrenador. A partir de la creación de esta regla, el número de entrenadores pertenecientes a minorías contratados se ha triplicado. Este tipo de política puede establecer el estándar para una era de innovación para todas las compañías.

Esta política no se encarga de simplemente darles a las minorías el empleo, sino de darles una oportunidad equitativa. Eso es todo lo que las mujeres piden, una oportunidad equitativa.

Debido a la falta de mujeres en posiciones gerenciales en la industria deportiva, no habrán cambios radicales en el corto plazo, referentes a la igualdad de género en el medio deportivo.

Las mujeres comprenden un segmento en aumento de la audiencia deportiva en cada liga o juego. Así como Forbes.com reportó en el 2011, las mujeres representan un tercio de la audiencia de los principales eventos deportivos  como son las finales de la Serie Mundial y la NBA. El cuarenta por ciento de los aficionados de NASCAR son mujeres. Al menos 46 por ciento de la audiencia del Super Bowl XLV fue femenina. Ese mismo entusiasmo por los deportes se refleja en el creciente número de mujeres periodistas en los deportes.

Mediante habilidades periodísticas, una gran ética de trabajo y un conocimiento que respalde su pasión por los deportes, las mujeres pueden llegar a sobresalir en la industria deportiva, sin tomar en cuenta el tamaño del busto o las cirugías plásticas.

Escritores y analistas merecen ser evaluados por el mérito de su trabajo. De esta manera, cuando nos centramos en atributos físicos de las periodistas femeninas, fallamos en reconocer su inteligencia y habilidades. Las mujeres merecen más que eso, y como aficionados y espectadores deportivos, les debemos respeto.

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