Carta del editor
March 26, 2020
Como editor en jefe de The Pioneer Newspaper, es mi responsabilidad no endulzar las cosas.
La situación con respecto a COVID-19 está llena de incertidumbre. A medida que pasa cada día, parece que las cosas solo están empeorando. Día tras día, crece el número de personas que portan COVID-19. Los eventos a los que habíamos esperado asistir durante meses ahora se han pospuesto.
Sin embargo, no podemos ceder al pánico. Somos más fuertes que el miedo que nos rodea. Por cada momento oscuro durante este tiempo, hay un rayo de luz que brilla a través. Si bien los totales de muertes continúan aumentando, las tasas de recuperación son sustancialmente más altas. Independientemente del resultado de los eventos recientes, nosotros como sociedad y por extensión, el cuerpo estudiantil, sera más fuerte.
Si bien el autoaislamiento puede volvernos locos a algunos de nosotros, algo bueno puede salir de eso. Como sociedad, hemos dado por admitido la interacción social y las reuniones sociales. Los seres humanos son criaturas sociales por naturaleza, sin embargo, cuando nos rodeamos, las distracciones como los teléfonos celulares y las pantallas brillantes evitan disfrutar el momento. Cuando todo esto termine, y podamos disfrutar de la compañía del otro, el tiempo de calidad tendrá valor una vez más.
En tiempos de pánico masivo, la verdad es una de las cosas más importantes para defender. Desde el comienzo del brote, titulares tras titulares, artículos sobre los peligros de COVID-19 y cómo “prevenirlos” inundan los plazos de nuestras redes sociales. Cuando el miedo se arraiga, todo lo que leemos se siente como hechos. En un momento tan crucial, necesitamos verificar la información relacionada con COVID-19, de lo contrario, terminaremos empeorando la situación.
Si bien nuestra propia seguridad es una prioridad, eso no significa actuar como un ser humano que está en segundo plano. Esté atento el uno al otro en este momento de necesidad. No tengas miedo de pedir ayuda y haz tu mejor esfuerzo para ayudar a los necesitados. ¿Compraste uno o muchos paquetes de papel higiénico? ¿Por qué no donar a un hogar que no pudo comprar algunos? ¿Tienes comida extra en tu casa que no necesitas? Pregunte si alguien lo necesita.
En este momento de incertidumbre, el único aspecto de la vida con el que podemos contar es el uno al otro. Nosotros, como cuerpo estudiantil, y residentes del Área de la Bahía, debemos resistir a otros para no desmoronarnos. Manténgase a salvo allí, y no pierda la esperanza, porque las cosas mejorarán.