El restaurante Los Compadres ubicado en le calle C, frente al municipio original de la ciudad de Hayward, cumplió  46 años des servicio este pasado 8 de febrero.

Conocido como uno de los pocos restaurantes originales mexicanos en la ciudad, por el tiempo y la reputación del restaurante se debe a la genialidad de Ignacio y Teresa Ramírez, quienes empezaron el negocio en 1966.

La familia Ramírez son unos de los primeros dueños Latinos en el centro de Hayward, que después de casi 50 años, todavía se mantienen abiertos al publico.  Desde 1966, la ciudad de Hayward ha cambiado de municipio tres veces mientras Los Compadres se mantiene en la misma zona.

Cuando abrieron sus puertas, no había más que cuatro o cinco restaurantes a su alrededor. Hoy en Hayward, existen alrededor de 400 restaurantes mexicanos.

La familia Ramírez tuvieron ocho niños; cinco niñas, y  tres niños. De los ocho, hoy en día cuatro todavía mantienen su presencia constante en el restaurante.

El hijo mayor, Ignacio Ramírez jr., e hija Sandra Ramírez, son los más conocidos en el restaurante. Pero para cualquier cliente que visita el restaurante con frecuencia, pueden distinguir a los miembros que quedan en la familia, quienes también participan en el negocio familiar.

De los muchos nietos de la familia, por lo menos ocho han trabajado en Los Compadres para contribuir, y seguir con la tradición familiar de ayudar en el restaurante.

La dedicación de la familia Ramírez durante los 46 años, es una razón por su éxito.

Aun así, el éxito no se les a ido a la cabeza.  Una razón para su éxitos se puede atribuir a que ellos han mantenido una presencia activa en la comunidad, donando alimentos a diversos eventos comunitarios. Incluso han organizado campañas de recolección de comida enlatada para el Banco de Alimentación del Condado de Alameda.

Otra razón debida al éxito del restaurante es por las recetas caseras y sus sabores auténticos.  Todo esta preparado como en casa.

“Mi mamá y papá siempre mantuvieron un alto nivel de calidad con nuestros ingredientes, así que ellos negociaban con los vendedores que ofrecían buenos productos, aunque costaran un poco más caros, y asta el día de hoy, sigue siendo igual”, dijo Sandra Ramírez.

El Sr. Ramírez, quien compró el Restaurante a los dueños originales después de apenas dos años por falta de negocio, reconoció la oportunidad de mantener el local y le dedico la mayor parte de su vida a el restaurante mientras trabaja en la planta de General Motors para sostener a su familia y el negocio.

El nombre original de el restaurante era Los Compadres, y el Sr. Ramírez quien confió en varios amigos para prestamos iniciales en asegurar la compra, decidió retener el nombre de Los Compadres como un simple gracias a “los compadres” que le ayudaron.

En los años 1950, el Sr. Ramírez se dedicaba vendiendo tamales de casa en casa.  Su hijo Ignacio recuerda que su familia pasaban noche tras noche haciendo tamales para completar las ordenes de sus clientes.

Cuando el Sr. Ramírez empezó a trabajar en General Motors, se dedicaron a venderle burritos a los empleados.

Recuerda Ramírez jr., “llegaba a el trabajo y antes de que comenzara a trabajar, con la popularidad de los burritos, ya los tenia vendidos todos sin apenas comenzar su día”.

En esa época, Hayward era muy distinta a lo que es hoy en día.  En 1966, cuando el restaurante fue adueñado de los Ramírez, la población era casi la mitad de lo que es hoy en día.  Fue una época difícil, incluso por que la mayoría de los negocios y restaurantes estaban en las calles Foothill, A y B, que hasta hoy en día, son los que atraen más gente por la cantidad de negocios que existen.

Aun así, Los Compadres siguió adelante, el Sr. Ramírez fue uno de los primeros latinos que empezó en ampliar sus negocios en la ciudad.  En el 1968, abrió su propia tortillería, a final de la calle C, cerca de la estación de tren que se mantuvo abierto hasta 1985.  En 1973, abrió su propia cafetería, la cual se mantuvo abierta hasta el 1983.

En 1972, Los Compadres cambio de local por la inseguridad de la estructura de el edificio. Afortunadamente, el negocio que estaba al lado del restaurante, el propietario  estaba interesado en vender su negocio. Lo que antes era un negocio de licores, se convirtió en el nuevo hogar de Los Compadres.

Así como ha crecido Los Compadres, también su clientela ha crecido.  Con la celebración de casi 50 años, la familia de Los Compadres esta observando ya la cuarta generación de clientes que continúan la tradición de venir a comer a su restaurante favorito.  Incluso los miembros de consejo de la ciudad, incluyendo el alcalde, vienen a comer a el restaurante con frecuencia.

Para Jackie Ceremello y Lisa Oreta de Dublín,  que son clientes desde hace más de 30 años, el restaurante lo consideran como su casa.

“A mi me encanta la gente, la comida y que cada que llegamos a comer, ya saben lo que vamos a ordenar.  No hay muchos lugares como estos, hemos intentando encontrar por todas partes pero nada se compara, esto de tener familias que trabajen en restaurante por tanto tiempo ya no existe”,  comentó Ceremello.

Elisa Márquez, nieta del Sr. Ramírez, recibió su maestría en Administración Pública de la Universidad Estatal del Este de la Bahía (CSUEB) el pasado mes de diciembre y expresó su orgullo y la humildad de su familia.

“El restaurante a sido parte de toda mi vida, e trabajado aquí, y pues de vez en cuando hay que reconocer cuando has logrado algo importante”, dijo Márquez.  “En nuestra cultura a veces es difícil expresarnos de esta forma, pero este es uno de los momentos que hay que celebrar y utilizarlo para reflejar en lo que hemos cumplido”, ella comentó.

También un detalle sobresaliente, fue la cantidad de personas que vienen por la comida de Los Compadres y se la llevan a otras partes del país.  El caso más curioso fue de un cliente que vive en el estado de Tennesse que en una sola orden compro mas de $400 dolares en burritos para llevarse a su casa. ¿Su modo de transporte para los burritos?  Una maleta en el avión.