Lo que significa ser el bebé de la casa

Daisy Ortiz,
Editora del Español

Hace dos semanas en la conferencia internacional de la fundación Obama, la ex-primera dama Michelle Obama dijo que “el problema del mundo ahora es que amamos a nuestros niños y criamos a nuestras niñas”. Mucha gente reaccionó a sus comentarios en las redes sociales.

Para muchas familias Latinas esta frase es muy cierta. Los hombres dentro del círculo familiar han sido puestos en un pedestal que los ha hecho pensar que merecen ciertas cosas por el simple hecho de ser hombre.

Estoy segura que se esperaba tener la casa limpia, mantener buenas calificaciones en la escuela y no ser problemática de muchas mujeres criadas bajo un techo tradicional. Las expectativas del rol de una mujer dentro el hogar siempre fueron altas, siempre era de esperarse que la mujer hiciera su trabajo.

No digo que los hombres han tenido la vida fácil, ellos también han sufrido su parte. Ellos tuvieron que trabajar afuera en la yarda bajo el sol y escuchar los gritos del padre, pero eso siempre fue más trabajo laboral. El estándar del hombre siempre fue que realizara un buen trabajo laboral pero el estándar moral casi nunca fue implementado.

Por ejemplo, en mi familia somos cuatro hijos, tres mujeres y el hombre es el más chico. Mis hermanas y yo siempre nos esforzamos en nuestras clases, conseguimos trabajo desde la preparatoria y sabíamos lo que era la responsabilidad desde chicas. Esto tiene mucho que ver con el hecho de que somos hijos de inmigrantes. Desde chicas tuvimos que traducir para nuestros padres y hacernos cargo de nuestra educación porque nadie más lo haría por nosotras.

Cuando hacíamos bien en clase “era de esperarse” pero cuando mi hermano hacía bien recibía halagos y aveces regalos. Nunca lo vi como justo pero tampoco le ponia mucha atencion.

Poco a poco reconocía más y más el machismo dentro de nuestra comunidad Latina. En fiestas, siempre veía a los hombres tomando y sentados viendo el partido de fútbol mientras que las mujeres estaban en la cocina, preparando los platos a sus “niños”. Obama tiene razón cuando dice que parte de la culpa es de las mujeres por cómo los criamos.

Habían veces en donde me decían que le 

Hace dos semanas en la conferencia internacional de la fundación Obama, la ex-primera dama Michelle Obama dijo que “el problema del mundo ahora es que amamos a nuestros niños y criamos a nuestras niñas”. Mucha gente reaccionó a sus comentarios en las redes sociales.

Para muchas familias Latinas esta frase es muy cierta. Los hombres dentro del círculo familiar han sido puestos en un pedestal que los ha hecho pensar que merecen ciertas cosas por el simple hecho de ser hombre.

Estoy segura que se esperaba tener la casa limpia, mantener buenas calificaciones en la escuela y no ser problemática de muchas mujeres criadas bajo un techo tradicional. Las expectativas del rol de una mujer dentro el hogar siempre fueron altas, siempre era de esperarse que la mujer hiciera su trabajo.

No digo que los hombres han tenido la vida fácil, ellos también han sufrido su parte. Ellos tuvieron que trabajar afuera en la yarda bajo el sol y escuchar los gritos del padre, pero eso siempre fue más trabajo laboral. El estándar del hombre siempre fue que realizara un buen trabajo laboral pero el estándar moral casi nunca fue implementado.

Por ejemplo, en mi familia somos cuatro hijos, tres mujeres y el hombre es el más chico. Mis hermanas y yo siempre nos esforzamos en nuestras clases, conseguimos trabajo desde la preparatoria y sabíamos lo que era la responsabilidad desde chicas. Esto tiene mucho que ver con el hecho de que somos hijos de inmigrantes. Desde chicas tuvimos que traducir para nuestros padres y hacernos cargo de nuestra educación porque nadie más lo haría por nosotras.

Cuando hacíamos bien en clase “era de esperarse” pero cuando mi hermano hacía bien recibía halagos y aveces regalos. Nunca lo vi como justo pero tampoco le ponia mucha atencion.

Poco a poco reconocía más y más el machismo dentro de nuestra comunidad Latina. En fiestas, siempre veía a los hombres tomando y sentados viendo el partido de fútbol mientras que las mujeres estaban en la cocina, preparando los platos a sus “niños”. Obama tiene razón cuando dice que parte de la culpa es de las mujeres por cómo los criamos.

Habían veces en donde me decían que le prepara el plato a mi hermano o papá y yo respondía fastidiada. Decía “¿ellos tienen dos manos y dos pies, no?”, claro que las mujeres y más mis padres se molestaban por mi respuesta, lo veían como una falta de respeto que cuestionara la autoridad.

Los hombres dentro de la comunidad Latina fueron “chiquiados” desde niños lo cual los ha cegado en reconocer el machismo dentro de nuestras familias. Aveces se dan cuenta pero muchos ponen la excusa de que “haci son las cosas”. Desafortunadamente esta mentalidad es lo que permite la desigualdad de género.

Seguimos en una sociedad machista y aunque más hombres logran dejar su ego a un lado la cultura machista no ha muerto. A las mujeres se les continúa criticando por como visten, por los trabajos que deciden perseguir y por las decisiones que toman sobre su cuerpo.

el plato a mi hermano o papá y yo respondía fastidiada. Decía “¿ellos tienen dos manos y dos pies, no?”, claro que las mujeres y más mis padres se molestaban por mi respuesta, lo veían como una falta de respeto que cuestionara la autoridad.

Los hombres dentro de la comunidad Latina fueron “chiquiados” desde niños lo cual los ha cegado en reconocer el machismo dentro de nuestras familias. Aveces se dan cuenta pero muchos ponen la excusa de que “haci son las cosas”. Desafortunadamente esta mentalidad es lo que permite la desigualdad de género.

Seguimos en una sociedad machista y aunque más hombres logran dejar su ego a un lado la cultura machista no ha muerto. A las mujeres se les continúa criticando por como visten, por los trabajos que deciden perseguir y por las decisiones que toman sobre su cuerpo.