Activista guia la comunidad a la ciudadania

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ILLUSTRATION BY BRITTANY ENGLAND/THE PIONEER

Por Fernando J. Ramirez,
Contribuyente

A medida que la carrera presidencial se intensifica, también lo hace el tema de la inmigración ilegal, y estadounidenses ordinarios como Flor Soto están actuando rápidamente para ayudar a los inmigrantes a obtener un estatus legal.

En un escuela detrás de la Iglesia Católica St. Michael en Livermore, Soto, la dirigente del centro comunitario Hermanos de Jesús en la iglesia, realiza talleres dos veces al mes diseñados para ofrecer ayuda y asesoramiento jurídico a las personas que viven en el país ilegalmente.

“Con la ayuda de los dirigentes de la comunidad de la iglesia, grupos como este pueden reunirse en un ambiente seguro para discutir los problemas que alteran nuestra comunidad y nuestra nación,” dijo Soto.

En estos talleres, a la gente se les proporciona ayuda reuniendo la documentación adecuada que se necesita para obtener un estatus legal, visas de trabajo, peticiones de licencias de matrimonio, y más. Soto y otros voluntarios ayudan a poner a la gente en contacto con abogados que les pueden ayudar, o gente que conocen, que se han enredado en el sistema legal y pueden proporcionar asesoramiento y apoyo moral.

“Muchas de estas personas no conocen, o temen la persecución, los pasos que deben seguir para obtener su ciudadanía,” continuo, “Lo que tratamos de hacer es conseguir que se dirijan por el camino correcto para convertirse en legal.”

Gente busca ayuda de soto con problemas migratorios que han crecido a través del tiempo. El numero de personas indocumentadas que viven en los Estados Unidos ha crecido de forma constante todos los años desde 1992, según el New York Times. Las únicas excepciones son los dos periodos de doce meses que siguieron a las recesiones del 2001 y 2008.

La cantidad de tiempo que se necesita para convertirse en ciudadano de Estados Unidos se ha incrementado en los últimos años, de acuerdo con el grupo de investigación sin fines de lucro ProCon.org. Todo el proceso, desde la obtención de una tarjeta verde a convertirse en ciudadano, puede tarda hasta veinte y cinco anos.

Apenas en 2012, había aproximadamente 11.3 millones de indocumentados viviendo en los Estados Unidos de acuerdo a Slate. Alrededor del 20 por ciento –2.6 millones– viven en California, 563,000 de los cuales se encuentran en el Área de la Bahía.

Procedente de la Republica Dominicana, Flor paso por el sistema de inmigración en los años 90 y vio lo tediosa que puede ser dicha experiencia. Vivió primero en Nueva York y vino al Área de la Bahía en 2011. No habla ingles. En un esfuerzo para ayudar a otros a evitar los escollos legales, la señora Soto ha coordinado estos talleres durante casi cuatro anos y nunca hay una escasez de personas que necesitan su ayuda.

Con el deseo de permanecer en el anonimato, uno de los asistentes al taller, “Ramón” no esta seguro de que las cosas vayan a cambiar nunca.

“He vivido aquí ilegalmente durante casi 20 anos, y no se ha hecho ningún progreso real,” comento Ramón tras un taller reciente con Soto. “Por un lado tenemos a Donald Trump amenazándonos con la deportación, y en por el otro Obama esta inscribiendo leyes que no se pueden considerar ‘legales’, y por el medio hay gente como yo esperando una solución real.”

Mientras que los políticos siguen discutiendo estos puntos, la gente como Esteban Uribe recurren a Soto para recibir orientación. Originario de Colombia, Uribe ya había trabajado ilegalmente en un restaurante en San Francisco hasta que Soto le ayudo a obtener una visa de trabajo el ano pasado. El ahora es un gerente en un garaje en San Francisco.

“Antes de obtener una forma legal de trabajar, nunca solía viajar largas distancias o tarde durante la noche porque no quería darle a la policía ninguna excusa para investigar mi estatus,” explico Uribe.

“No nos paramos a pensar en pequeñeces como esta hasta que las perdemos, y esta es una de las muchas razones por las que estoy tan agradecido por la ayuda de la señora Soto.”