Graduaciones deben celebrar juntos

Por Ryan Griggs,
Contribuyente y Traducción por Pavel Radostev Pushina

UEC Bahía del Este será el anfitrión de un total de cinco ceremonias de graduación para los graduados del 2015. Estas diversas ceremonias representan un salto catastrófica en cuanto a progreso social. Lamentablemente, ninguno de nosotros es lo suficiente mente mayor como para recordar los tiempos de América y educación superior en particular, cuándo el éxito no se basaba en el color y lo que verdaderamente importaba no era dictado por lo que tienes entre las piernas ni tu tono de pigmentación.

La administración de la UEC Bahía del Este debería poner fin a todas las ceremonias de graduación no académicas en nombre de la paz y la meritocracia. En el mundo real, no se obtienen puntos extra por ser negro, blanco. Mejicano, homosexual, heterosexual, hombre o mujer. Lo que verdaderamente importa son aquellos individuos que son honestos, persiguen la inteligencia y promueven la integridad.

Lapsos momentáneos en juicio que se manifiestan en la exclusión racial o de exclusión de género son castigados de manera rápida y eficiente en el mercado. Los empresarios no se atreven a rechazar los servicios a las personas de cierta raza o sexo.

Esto no se debe únicamente a que hay leyes que prohíben la discriminación. La creencia en la idea de que las leyes de discriminación son las que impiden la discriminación es un engaño.

El mecanismo de lucro detiene la discriminación. Discriminar por razón de género o raza genera un odio en negocios entre la comunidad, la pérdida de beneficios, y, finalmente, la quiebra. Tengan en mente que a pesar de todas las leyes de justicia social políticamente correctas contra la discriminación, hombres y mujeres de negocios siguen teniendo derecho a rechazar el servicio a cualquiera, por cualquier razón. Si fuera que los racistas canallas pudieran pisotear a estas minorías y no por la fuerza del estado, este derecho de rechazar servicios se ejercería con frecuencia. Pero no lo es.

El constante enfoque en la raza y el sexo, que se manifiestan en dedicarles verdaderas ceremonia de graduación, son el alma del racismo y la discriminación de género. Para sofocar el racismo y la discriminación sexual, las autoridades universitarias deberían centrarse en el mérito, y los individuos deberían centrarse en las virtudes. No en raza. Tampoco en género.

La propuesta aquí no es hacer caso omiso de las diferencias de raza y género. La propuesta consiste en reconocerlos como una condición general de la humanidad y luego centrarse rápidamente en las cosas que realmente importan.

En la universidad, el éxito académico es lo que importa, y únicamente eso, debería ser celebrado. En la vida, la bondad, la integridad, la honestidad, y la determinación son lo que importa. En tu vida después de la graduación, celebra eso y serás celebrado por ponerlos en práctica.

Sin duda, voy a ser acusado de hablar de los privilegios de los hombres blancos por la multitud políticamente correcta en justicia social. Estas personas son ignorantes de mi expediente que habla en contra de la violencia discriminatoria (por lo general por el gobierno). En cambio, lo que propongo aquí es rechazar radicalmente y desafiantemente la narrativa cultural que la sociedad nos a educado.

Rechacen la obsesión religiosa de raza. Rechacen la obsesión religiosa de género.

Celebren a otros por el contenido de su mente y corazón, no por su piel ni por su género.

“Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente la posición de el periódico Pionero”.