El gobierno de Irak debe unirse o dividirse

Shuaib Amiri,
contribuyente Traducción por Beatriz Orozco

La ofensiva de los ataques en el estado Islámico de Irak y Siria desde principios de junio han asombrado al mundo.
ISIS, quien es el sucesor de Al-Qaeda en Irak y una organización extremista, quiere establecer un califato islámico regional y estatal que abarca las naciones soberanas de Irak y Siria.
Con ciudades como Mosul capturada, la segunda ciudad más grande de Irak, están llegando poco a poco más cerca de su objetivo.
Sin duda, la situación no es sencilla y muy complicada; se tiene que tomar en cuenta las divisiones sectarias étnicas, religiosas y regionales. Las principales sectas en Irak incluyen Musulmanes Chiítas, Sunitas Musulmanes y Kurdos pero la mayoría son Chiítas.
Históricamente, Irak fue tallado y forjado en un Estado-nación por los Británicos en la década de 1920 después de la Primera Guerra Mundial. Los británicos se olvidaron algo esencial e importante cuando se forjó el estado-nación; la integración de los Sunitas y los Chiítas en el nuevo cuerpo político.
Hoy, somos testigos de la historia en la fabricación con ISIS que representa a la mayoría de la secta Suní de Irak. La mayoría del primer ministro Nouri al-Maliki y la región de la auto-autónoma del Kurdistán todos en el conflicto sectario.
Además de la compleja situación interna, hay muchas naciones extranjeras ayudando al gobierno de Maliki económica y militarmente con la esperanza de eliminar la amenaza de ISIS de la región y más allá.
Los EE. UU. ha enviado recientemente 300 asesores a Bagdad con la esperanza de re-entrenar a oficiales militares Iraquíes para la lucha contra el Estado Islámico de Irak y Siria. Además, el gobierno de Obama está llevando a cabo el reconocimiento de objetos usados para observar desde los cielos. esto en caso de que los ataques aéreos contra objetivos seleccionados en territorio ISIS se convierta en una opción.
Sin embargo, lo que es posiblemente lo más fascinante el desarrollo de la crisis es el hecho de que Irán, Siria y Rusia están todos en los mismos términos con los EE. UU. algo que no se ve todos los días.
Los Iraníes han apoyado el gobierno de Maliki con la ayuda económica, la vigilancia de aviones no tripulados, y un poco de ayuda de la unidad de fuerzas especiales de la Fuerza Quds de Irán.
El gobierno Sirio ha llevado a cabo recientemente un ataque aéreo en territorio Iraquí con el propósito de atacar a las fuerzas de ISIS con el pleno apoyo de Maliki. Y los Rusos han enviado aviones de combate con asistencia técnica con la esperanza de proporcionar represalia contra ISIS.
Hay una serie de soluciones que me parecen esenciales para que Irak vuelva a ser estable y seguro. En primer lugar, un acuerdo de seguridad bilateral con la presencia de un pequeño número de tropas de EE. UU. debe ser reintroducido al gobierno Iraquí.
Esto no significa necesariamente que no habría otra afluencia de tropas, pero lo suficiente para entrenar y apoyar al gobierno Iraquí hasta que se retire ISIS e Irak pueda apoyarse plenamente y representarse a sí mismo.
En segundo lugar, es fundamental contar con un gobierno más inclusivo con los Sunitas, Chiítas y Kurdos para sostener el estado Iraquí junto. Esto incluye que Maliki deje el poder y que un nuevo gobierno sea formando.
Bajo el gobierno de Maliki, Suníes y Kurdos en todo Irak han sido marginados y recortados del proceso político. Esto con el fin de impedir que Irak  se desintegre, el gobierno debe ser representativo de todas las sectas de Irak.
Irak es una nación soberana que necesita resolver rápidamente sus problemas internos con el fin de obtener el pleno apoyo del pueblo Iraquí y contrarrestar los avances ISIS.
En última instancia, las opciones de política exterior de EE. UU. en Irak son cada vez más estrechas pues soldados Estadounidenses murieron para proteger la libertad y la democracia. Es probable que cualquier acción militar de los EE. UU. no resuelva las divisiones sectarias internas pero si que empeore las cosas.
El gobierno Iraquí tiene que decidir si podrá poner sus diferencias a un lado y unirse como país para combatir a los insurgentes, y evitar que el país se divida por un conflicto sectario.

Shuaib Amiri estudia en la Universidad Estatal de California, East Bay. Actualmente es pasante en la Embajada de Jordania en Washington, DC, donde trabaja en la Oficina de Información.